martes, octubre 15, 2024

Colaboración: Elizabeth Meza, una voz ecléctica

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Entrevista que Contratiempo Jazz realizó a Elizabeth Meza para la revista music:life en donde habla de su nuevo álbum “La célula que explota” (Las canciones de Saúl) que presentó en El Plaza Condesa.

Texto Efraín Alavez  Publicación original revista music:life

Con una trayectoria sólida en donde ha explorado a lo largo de su discografía la fusión del jazz con el bolero, la bossa nova, el blues y el swing, Elizabeth Meza regresa después de un año para presentar su sexta producción “La célula que explota” (Las canciones de Saúl) en la que realiza una introspección al mundo musical de Saúl Hernández, uno de los grandes pilares del rock en español, a través de géneros como el jazz, R&B y funk.

¿Cómo has ido desarrollando tu propuesta vocal?

“Soy cantante de la vieja guardia por decirlo de alguna manera. Mi forma de cantar siempre evoca a las voces clásicas del jazz como Billie Holiday que posee el sentido más puro del jazz. Pero también soy Salsa ó R&B. Esta búsqueda o eso de gustarme tantas cosas diferentes ha hecho que mi estilo sea ecléctico. Lo que más me gusta hacer cuando improviso es hacerlo con la rítmica, con la métrica, jugar con los tiempos. Esa es mi característica cuando lo hago”.

¿Cuál es la historia de “La célula que explota” tu nuevo álbum que incluye versiones de canciones de Saúl Hernández?

“Esta idea se tomó por el 2010 cuando aún no se veía cercano el rencuentro de Caifanes. Una vez hablando con Saúl le dije, oye me encantaría hacer tus temas para sonarlos de una manera diferente y me dio luz verde. Empezamos a hacerlo con PyP de Paco Sánchez Loaeza, Tino Contreras me lo presentó. Hicimos una cita y generamos un clic impresionante. Platicado con él me dijo, ¿Qué quieres hacer? Le dije que tenía la idea desde hace algunos años de hacer un tributo con tintes de jazz y funk. Pasó el tiempo, hice el disco “Obsesión” y uno más de la mano de Armando Manzanero, que aún no se edita, y pensé en retomar eso que quería hacer. Un día asistí a un concierto de Saúl y la idea se me vino nuevamente a la mente”.

“Con este disco muestro una y otra vez que hago lo que me gusta con las canciones de Saúl que son bastante buenas. Son canciones que tienen muchísimo contenido. Son canciones con mucho sentido social. Hay gente que le levanta la ceja a este nuevo disco y hay gente que le gusta. Club de fans de Caifanes y de Saúl Hernández me han escrito para decirme que les gusta la diferente dimensión que se le dieron a las canciones. No lo hago con ninguna intensión más que la de divertirme y aportar algo. Ellos dirán lo que se aportó. Creo que en este caso el objetivo era que la gente escuchara de otra manera las canciones de Saúl Hernández.

¿Quiénes fueron los músicos que te acompañaron en esta producción?

“Mauricio Clavería fue el alma de este material, fue quien le dio dirección. Aarón Cruz toca el contrabajo en una de las canciones más roqueras con los arreglos más increíbles que tiene Saúl llamada “La vida no es igual”. Este tema fue grabado a trío con Víctor Patrón y Mauricio Clavería. Para el disco estaba buscando un fretless y quien más que Marco Rentería para hacerlo. La guitarra tenía que ser totalmente ecléctica y decidí invitar a Alger Erosa porque no quería un sonido ni tan jazzero ni tan rockero. Hizo todas las guitarras y terminó haciendo el arreglo de “Viento”, todos los demás arreglos son míos. “Detrás de los cerros” presenta las armonías tan sutiles y lindas de Enrique Nery. En pianos y teclados participaron además Víctor Patrón y Aldo Max. Paco y yo terminamos siendo los productores musicales”.

¿Cuál fue tu criterio de selección de las canciones?

“Fue una elección que hicimos entre Paco y yo. El me dio un mp3 con todas las rolas y el se quedó con una copia. Nos vimos quince días después y resultó que escogimos prácticamente las mismas canciones. Esto fue una señal que nos hizo saber que estábamos de acuerdo, que caminábamos sobre la misma línea y de que íbamos bien. En mi caso apagué la cabeza y escuché todo lo que encontré. Había temas que me gustaban mucho más que otros. Las canciones que me generaron una conexión profunda fueron elegidas. Unas por la letra, por ejemplo “Antes de que nos olviden” es un tema increíble”.

“Me metí un mes, antes de poner la voz, escuchando a Saúl una y otra vez para saber cómo decía las cosas. Lo que yo conocía de Sául como persona ahí se me mostró. Empecé a atar cabos de su personalidad y eso es algo que se le olvida a muchos intérpretes. Se les olvida pensar y saber que la canción es la que te dice qué hacer. Encontrar la manera de decir las palabras con la interpretación que debe de ser más la impresión de mi propio estilo fue uno de los grandes retos de este disco.

 

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