sábado, octubre 12, 2024

Reseña: “Nocturnos. Cinco historias de música y crepúsculo”

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Luis Jesús Galindo Cáceres escribe de “Nocturnos. Cinco historias de música y crepúsculo”, original de Kazuo Ishiguro.

Nocturnos. Cinco historias de música y crepúsculo
Kazuo Ishiguro
Traducción Antonio Prometeo Moya
Editorial Anagrama. Panorama de narrativas.
Primera edición en ingles Faber and Faber, Londres, 2009.
Primera edición en español, Barcelona. Abril de 2010.
Primera edición mexicana. Octubre de 2017. Edición realizada en convenio con Colofón.
250 páginas.
Jesús Galindo Cáceres, jueves 1 de marzo de 2018

       Kazuo Ishiguro ha dicho alguna vez que en su juventud deseaba escribir canciones, sintió que contar historias era lo mejor que podía hacer en la vida y se dedicó a escribir historias en novelas y relatos cortos. Con el tiempo también escribió buenas canciones para una cantante de jazz, Stacey Kent. ¿Cuál es el punto en el cual una historia toma la forma de una canción o de un relato literario? Ishiguro ganó el premio nobel de literatura en el año 2017, un año antes lo había ganado un escritor e intérprete de sus propias canciones, Bob Dylan. La literatura en este momento ya no es lo que solía ser en su sanción legal, todo aquel que escribe hace literatura, las fronteras entre la lírica tradicional y la literatura tradicional están rotas, Ishiguro es un escritor de canciones de varias decenas o centenas de páginas. Su libro de relatos Nocturnos es un ejemplo de este nuevo nicho para el goce, para la lectura, para la visión de los textos y la literatura.

       Ishiguro intentó escribir canciones en su juventud, deseaba ser músico de letras profundas y estimulantes. Estudia Literatura Inglesa y Filosofía en la Universidad de Kent. Luego hace estudios de posgrado en escritura creativa en la Universidad de East Anglia. Él se ve a sí mismo como un músico, un letrista, incluso intenta vivir de escribir canciones, pero siente que no está a la altura, la literatura llega en su auxilio, se vuelve novelista, gana un Premio Nobel. El músico sigue ahí, siempre sigue ahí. Años después de sus primeros ensayos líricos escribe canciones para la cantante de jazz Stacey Kent, participa con letras en el disco de Breakfast on a Morning Tram (2007), un gran éxito de ventas, nominado al Grammy. El título del disco evoca a un tren que aparece en una novela de Ishiguro, Los inconsolables (1995).

       Su carrera como escritor incluye el guion para una película canadiense con el tema de la música en el centro, La música más triste del mundo, en donde se organiza una competición mundial para encontrar la propuesta musical más triste. Dirigida por Guy Maddin (2003). La relación con la música ha sido constante a lo largo de su vida. Toca la guitarra, es admirador de músicos letristas como Bob Dylan y Leonard Cohen. Ha afirmado que escuchar las letras de sus canciones preferidas y su propia experiencia al escribirlas ha influido en forma definitiva en su oficio de escritor de ficción. La canción cuenta una historia, lo hace en forma contundente sin demasiada información, sugiriendo, permitiendo que la audiencia complete la narración, la invente, la asocie con su propia historia. Esta es una de las guías de su literatura novelística y sobre todos de sus cuentos, el caso del libro Nocturnos.

       Nocturnos está compuesto de cinco relatos, El cantante melódico, “Come rain or Come Shine”, Malvern Hills, Nocturno, y Violonchelistas. Cada historia ocupa una quinta parte del espacio del libro. Con esta equidad de páginas el texto empieza a tomar la forma de una pieza musical mayor compuesta de cinco partes. ¿Es esto posible? Es probable que haya algo de esto en la intención del escritor. Las cinco historias son relatos de encuentros. En la primera entre un músico de restorán y un cantante venido a menos durante una serenata nocturna en Venecia. En la segunda es el reencuentro después de varios años de tres amigos, una pareja y un tercero vinculado a la mujer a través del gusto por cierta melodía. En la tercera un joven músico compositor de canciones se encuentra con una pareja de viejos turistas. En la cuarta un músico de jazz vive una peculiar experiencia en un hotel junto con una estrella pop al convalecer ambos de una cirugía plástica. En la última historia un joven y arrogante violonchelista se encuentra con una mujer que es una virtuosa mental del violonchelo. Encuentros y desencuentros. Las piezas van construyéndose con una primera parte en donde el encuentro se perfila, luego en una segunda el encuentro se desarrolla en forma rasposamente cotidiana, hasta llegar a la tercera con la inminente separación. Cinco piezas con una estructura similar y un tono que las conecta, el vínculo virtual de lo posible que no se resuelve en lo improbable.

       Todos los encuentros son esbozos de intensidad, momentos de ruptura de la vida lineal cotidiana que no llegan a construir algo sustantivo. El escritor muestra en forma simple y desapasionada la imposibilidad del contacto profundo, la fuerza de gravedad de la ausencia de la auténtica comunicación humana. Todo queda en un tránsito por una convergencia de caminos que se cruzan, parece que se afectan, desencadenan acontecimientos que prometen algo más, y lo que queda en consecuencia es sólo la insuperable separación, el regreso a una individualidad que ni se extraña ni se crispa, sólo asimila lo ordinario y lo extraordinario en el mismo gesto, lo procesa, y continúa sus pasos en la convencional desconexión ordinaria de nuestra vida social contemporánea. 

       En El cantante melódico el tema denso de la vida musical es doble. Por una parte el músico de bar, de restorán, el huesero, que va transitando por su oficio sin pena ni gloria, ejecutando mil veces la misma canción popular para entretener a una audiencia mientras esta come, bebe, pasea. La música sólo como medio de vida material, sin trascendencia alguna, sin mayor aspiración que completar la jornada y cobrar. Y por otra parte el viejo cantante exitoso popular venido a menos que pretende regresar al pasado en un presente posible, cumpliendo en el movimiento con todo lo necesario según el protocolo para hacerlo, que incluye una nueva esposa, más joven, más mediática, más atractiva.

       En “Come rain or Come Shine” el asunto musical tiene una sofisticación mayor en su simplicidad. La memoria de la música nos une en apariencia, nos vincula. Dos personas en la etapa madura de su vida se encuentran de nuevo y la coartada de su intimidad es que comparten el gusto por ciertas canciones que en apariencia disfrutaron juntos en su juventud. Pero el tiempo ha pasado, aquellos tiempos fueron vividos en forma diversa, la memoria también los ha guardado en forma distinta. No son lo que recuerdan que fueron, aquello pasó de alguna manera, pero ya no es, o nunca fue. Vivimos en formatos de buenos y malos recuerdos que sólo son imágenes que habitamos hasta que ya no es posible hacerlo más, quizás la música nos acompañe en esta fantasía del deseo y la sustentabilidad emocional, quizás sea sólo una coartada, o sólo una viñeta para coleccionar.

       Malver Hills presenta una situación casi ejemplar, un joven que tiene aspiración de ser músico, compositor, pero sin mucho éxito. Se toma un respiro y pasa un tiempo en el campo en casa de la hermana, intentando completar algunas canciones. Se encuentra ese verano con un par de turistas viejos jubilados. Ellos gustan de su música, la gente a la que él quiere impresionar en la gran ciudad no opinan lo mismo. Un fragmento de la historia de un joven compositor que pretende ser original y es un total desconocido para el medio. Quizás lo logre, quizás no, sólo tenemos una imagen instantánea de su vida, no parece ser una persona excepcional ni un gran músico, sólo un joven ambicioso sin contactos ni recursos. La historia de muchos, de tantos, la aspiración del estrellato, de la fama, de la popularidad, de la celebridad, de la genialidad. O tal vez sólo un momento de vivencia de un programa narrativo para una juventud medio intensa, medio relajada, en el escenario del tránsito a una edad madura que se puede evitar por un tiempo.

       Nocturno presenta una historia de jazz. Un saxofonista talentoso y brillante, pero feo. Este músico confundido se engancha en forma muy peculiar con la idea de resolver su situación con una cirugía plástica. En el hotel de convalecencia conoce a una estrella pop que parece simpatizar con él. Justo en esos días se entregará en el hotel un premio al saxofonista del año, un músico que representa en apariencia todo lo que el confundido músico detesta del medio comercial del jazz. El escenario del premio y de la cirugía para ser atractivo es una viñeta de la vida del jazz profesional actual. El glamour frente al talento, la música ante el espectáculo, el éxito tensando al oficio. Todo lo que sucede alrededor de la anécdota del trofeo al músico del año hacen de este relato el más duro del libro, siempre dentro de la textura sencilla y coloquial del narrador.

       Los Violonchelistas tocan un ramillete de temas sobre la vida profesional de los músicos. La separación virtual entre el músico de bar y el músico de sala de concierto, la distancia social entre el músico de conservatorio y el músico popular, la arrogancia de la aspiración a la fama y el éxito y la cotidianeidad de la sobrevivencia común del músico de restorán. La música como una forma de vida ordinaria y la música como una forma de pertenecer a la élite y la aristocracia del mundo. Un relato que también es un ensayo, como todo los demás, sólo que este es el que cierra el libro, el que presenta las tesis finales del texto sobre la música como status y como modus vivendi común y corriente. El joven músico transita por un camino que se tensa entre la aspiración celestial de la estrella musical y la vivencia terrestre del músico de entretenimiento. Todo se resuelve con el final de la edad de la aspiración ingenua, la juventud, el tiempo pone todo en su lugar.

       Las cinco historias son más que historias sobre la vida social de la música y los músicos, son literatura en un sentido amplio y pleno. Aquí se trata de enfatizar la imagen del premio nobel escritor de canciones, el aspirante a músico, escribiendo relatos sobre la música en donde expresa su percepción sobre el mundo musical, una cuenta saldada en forma literaria. Los relatos pueden ser leídos desde diversa perspectivas, todo es según el color del cristal con el que se mira, en estas notas se ha ensayado un enfoque, la visión del mundo de la música a través de cinco relatos sobre encuentros entre personas que son músicos o viven el encuentro con una coartada musical. El libro tiene la fuerza expresiva y el tono de un músico haciendo literatura, hablando de lo que conoce o quiso conocer, la vida de la música. Ese es el juego que aquí invitamos a jugar, leer un libro sobre la música y los músicos de un escritor de literatura que ha ganado un premio nobel. Acompañar a un músico que es escritor, un escritor escribiendo sobre el mundo de la música, un libro sobre la vida musical escrito por un músico que es escritor, un escritor músico que escribe sobre músicos y escritores de la música.

Para comprar el libro.-

http://www.anagrama-ed.es/libro/compactos/nocturnos/9788433977519/CM_648 
http://www.gandhi.com.mx/nocturnos-cinco-historias-de-musica-y-crepusculo?landing_source=digital 
https://latam.casadellibro.com/libro-nocturnos-cinco-historias-de-musica-y-crepusculo/9788433975379/1701789

 

 

 

      

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