martes, abril 23, 2024

La Santísima Trinidad del Jazz mexicano

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La Santísima Trinidad del Jazz mexicano: Jazzamoart · Gerry López · Antonio Sánchez.

Por: Valeria Estefan, Luis Felipe Ferrá y Alejandro Maafs
Fotografías Efraín Alavez (@contrajazzymas)

Existe, dentro del universo del Jazz nacional, un selecto grupo que debe ser distinguido, un triplete de jazzistas que por su talento, la originalidad de sus creaciones y la trayectoria internacional en la que se ha desenvuelto, merece el título de la Santísima Trinidad del Jazz mexicano. No podría ser diferente, lo tres han tenido éxito en todos los países donde se han presentado, su obra ha sido puesta a prueba bajo los estándares más exigentes a nivel internacional, y como el tiempo en tresillos, hacen que el Jazz suene a tres: ellos son Jazzamoart, Gerry López y Antonio Sánchez. Un trío de hombres del Jazz que separados han conquistado el mundo, y juntos sirven de inspiración para las nuevas generaciones de artistas. De edades diferentes e instrumentos distintos —un pintor, un saxofonista y un baterista—, esta tríada comparte el amor por el género sincopado, y desde luego, el talento, la disciplina y la convicción para llevarlo a las fronteras más lejanas.

Jazzamoart

Como se sabe, en México son pocas las personas que escuchan Jazz, lo son aún menos aquellos que se dedican a interpretarlo y un grupo más pequeño todavía lo conforman quienes se dedican a la promoción del género. Pero ninguno, por más minúsculo que fuera, es comparable al selecto rubro al que pertenece Jazzamoart, el de los pintores de Jazz, del cual a mucha honra —y a la fecha—, forma parte, sola y exclusivamente él.

Esta primera persona de nuestra Santísima Trinidad, Javier Vázquez, aprendió de su padre la pintura y trabajó con él vendiendo cuadros. Juntos hicieron múltiples viajes, por esta razón, el joven Javier terminó la secundaria cuatro años después de lo habitual. Pero al contrario de lo que podría pensarse, esto jugó a su favor, pues en 1969, a los 18 años, pudo entrar a la Academia de San Carlos. Poco después, Jazzamoart se dio cuenta que en el arte de la Pintura le faltaba mucho por aprender y deprimido, abandonó los estudios, llevándose de la Academia lo que más tarde sería el móvil de su obra: el Jazz.

En los años sesenta y principios de los ochenta, Javier gustaba de regalar dibujos a sus amigos músicos. Sin embargo, poco a poco, Jazzamoart, se fue dando cuenta de que la mayoría no apreciaba ni valoraba su Arte, hasta el punto que una vez ayudando a un baterista a guardar su instrumento, Javier alcanzó a ver en la cajuela del músico un dibujo, totalmente arrugado y sucio, que con mucho cariño le había dedicado. Desde entonces, salvo las debidas excepciones, Jazzamoart dejó de regalarle sus obras a sus colegas jazzistas.

Jazzamoart, el primer tercio de nuestra terna jazzística, define al Jazz como una droga, una pasión y una forma de vida. Para él, es una de las pocas cosas en el mundo que lo conmueve y es, sobre todo, el motor de su plástica y el objeto mismo de su obra. El talento, la disciplina y la pasión con la que Javier Vázquez improvisa al óleo, han hecho a sus pinturas viajar más allá de nuestra fronteras: Japón, Canadá, Holanda, Italia, Estados Unidos, España, Dinamarca, Alemania y Portugal son algunos de los países en donde ha expuesto su Arte. ¿Y si se preguntan qué significa su nombre? Jazzamoart adquirió ese mote de la fusión de los vocablos “Jazz”, “Amor” y “Arte”.

Gerry López

Gerry López es, tal cual, el hijo pródigo del Jazz mexicano. La segunda figura de nuestra trinidad jazzística. No es casualidad que este joven saxofonista originario de Chihuahua haya sido invitado personalmente, por el presidente de Selmer Paris, la prestigiosa marca de instrumentos musicales, a formar parte de la familia Selmer y regalarle el saxofón que más le gustara.

Gerry López comenzó tocando el piano a los nueve años de edad. Fue entonces cuando sintió una conexión que no había tenido con los deportes ni con otras actividades recreativas. Siendo un niño, sufrió de una fisura en el esófago, el doctor que lo atendió le sugirió estudiar un instrumento que le permitiera ejercitar su sistema respiratorio y desde entonces, Gerry López no deja su saxofón ni por un segundo.

El talento del joven de Chihuahua lo ha llevado a estudiar en las mejores escuelas de Jazz del mundo, como el Conservatorio de Paris y Berklee College of Music en Boston. De igual forma, este tercio en ascenso tiene uno de los pasaportes más coloridos entre los jazzistas, pues lo sellos desde Canadá hasta Puerto Rico y de Cuba hasta Rusia, pasando por Estados Unidos, España, Italia, Croacia y muchos más, dan testimonio de los más de una veintena de países en donde se ha presentado.

Para él, el Jazz es unión e identidad, la mejor manera de compartir y sobre todo, un estilo de vida. Después de recorrer el mundo —con esta ideología— Gerry López regresó recientemente a México para convocar a los talentos jóvenes más destacados del país y formar la Orquesta Nacional de Jazz de México. Esta orquesta ya es una realidad y se ha presentado en varios estados de la República. Se trata de un proyecto que busca incrementar el nivel de la Música en México y darle al género la importancia y seriedad que se le debe. 

Antonio Sánchez

En la punta de nuestro triángulo dorado se encuentra, nada más y nada menos que Antonio Sánchez, el jazzista mexicano que puso a temblar a La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood con su espectacular banda sonora para la cinta Birdman —ganadora del Óscar—, del también mexicano Alejandro González-Inárritu.

Tiene 43 años y comenzó a “pegarle a la bataca” desde los cinco. Además de su formación clásica como pianista, estudió en la Escuela Superior de Música, en Berklee y en el Conservatorio de Nueva Inglaterra. Actualmente, Toño vive en Nueva York y ha tenido la ocasión de trabajar y colaborar con músicos de renombre internacional tales como Chick Corea, Dee Dee Bridgewater, Dianne Reeves, John Patitucci, y Miguel Zenon, por mencionar sólo algunos.

Dicen las malas lenguas que se trata del baterista y jazzista mexicano más importante de todos los tiempos pues credenciales no le faltan. Su carrera comenzó a despuntar cuando el gran Paquito D’Rivera recomendó a Antonio para formar parte de la Orquesta de las Naciones Unidas. En ella colaboró con Danilo Pérez, quien más tarde lo invitaría a participar en su trío. Fue en este momento que el legendario Pat Metheny lo conoció y sin dudarlo le ofreció el puesto permanente como baterista en su grupo. Entre los muchos reconocimientos que Pat Metheny Group ha recibido, destaca ser la única agrupación ganadora —entre todos los géneros— de siete Grammys de manera consecutiva.

Sumado a ello, su participación en este grupo ha llevado a nuestra tercera persona de la trinidad, a presentarse en más de 30 países. En calidad de maestro ha impartido clases magistrales en tres continentes y está patrocinado por las más prestigiosas firmas musicales como Yamaha Drums,Zildjian Sticks and Cymbals, Evan Drumheads y LP Percussion. En pocas palabras, estamos frente a un jazzista al cubo.

Las injusticias generan héroes. Este es el caso de Antonio, que como muchos saben, fue descalificado por La Academia. Las razones fueron polémicas y puestas en duda por melómanos y críticos de Jazz alrededor del globo. Pero desde entonces, los reconocimientos no han dejado de llegar: un Globo de Oro y un premio BAFTA, son sólo algunos de ellos. Y para él, cada nueva nominación a un premio es “una cachetada con guante blanco para La Academia”. Es así como el presente de Antonio Sánchez marca ya una época dorada en su trayectoria, y ¿por qué no?, da una novedosa razón de peso para voltear a ver a otros grandes músicos mexicanos.

Hoy, el Jazz nacional se encuentra engrandecido y custodiado por una trinidad sincopada de auténticos jazzstars mexicanos. La música de Gerry, la síncopa de Antonio y la pintura de Jazzamoart plantea una trigonometría de Jazz resuelta de la manera más afortunada. Son el ejército trigarante de este género; un tresillo cuyas notas se ven, se oyen y se replican en todo el mundo. Este trío de artistas, de casi 64, 27 y 43 años de edad respectivamente, son quienes marcan el ritmo del Jazz en México, un compás único que comparado con sus contemporáneos —como diría el antagonista de la película Whiplash— “no está a su tiempo”.

Acerca de los autores:

Luis Felipe Ferrá. Es Licenciado en Comunicación por la UIA y Mtro. en Humanidades por el Instituto Cultural Helénico. Desde el 2011 es Director junto con Valeria Estefan de la Productora Cultural Polytropos AC, sello bajo el cual ha dirigido proyectos enfocados al Jazz, entre ellos la película Resilencia por una Nota y la serie de Jazz mexicano Nota Dominante. Actualmente se encuentra haciendo su segunda Maestría en Gestión de Arte y Cultura en The Melbourne University.

Alejandro Maafs. Es egresado de la Escuela de Comunicación de la Universidad Panamericana. Forma parte de Polytropos AC desde 2010 y se ha destacado en las áreas de fotografía, diseño, redacción, marketing y creación de contenidos.

Valeria Estefan. Nació el 6 de julio del 86. Desde temprana edad se interesó por la Música; Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, se especializó en Radio. Tiene estudios musicales en diversas escuelas como la Accademia Europea di Firenze, Accademia di Musica Il Trillo, Berklee College of Music y el Conservatorio de Música del Estado de México.  Actualmente vive en Melbourne, Australia.

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