viernes, mayo 9, 2025

ReseƱa: “La Danza de las Miradas” de Vladimir Alfonseca

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Luis JesĆŗs Galindo CĆ”ceres escribe del Ć”lbum “La Danza de las Miradas” de Vladimir Alfonseca.

Luis Jesús Galindo CÔceres
19 de octubre de 2016

Nombre del disco. La Danza de las Miradas
Integrantes del TrĆ­o. Vladimir Alfonseca (guitarras), Marcos Milagres (contrabajo), Enrique Nativitas (baterĆ­a), Diego Franco (sax soprano y tenor), Jahaziel Arrocha (sax tenor)
Duración. 49 minutos.
Ocho segmentos. Aliento Azul (6:27), Swinga y goza (4:37), Tenochtitlan (9:14), Eli y los Pinos (4:39), Modi (6:37), Dulce Oscuro (6:17), La Danza de las Miradas (7:39), Luna Diurna (4:05)
Composiciones.- Vladimir Alfonseca
Grabado en Cus estudio, Ciudad de MƩxico.
Grabado por Marcos Milagres y Julio Ortiz.
Mezcla y Master por Marcos Milagres.
Productor.- Marcos Milagres
DiseƱo Vladimir Alfonseca
Fotografía por Mónica García y Blaca Díaz

QuizÔs la característica fundamental del movimiento del jazz mexicano contemporÔneo sea su diversidad y la cantidad de músicos y proyectos. En el fondo de esta configuración estÔ la dialéctica entre la formación y la profesión. Las nuevas generaciones de jazzistas tienen la mejor formación posible de la historia a una edad temprana. Y en ese sentido la posibilidad de desarrollar un oficio profesional como nunca en la historia de la música mexicana popular. Sucede que sobre esta conformación emergente pesa mucho la sombra del jazz norteamericano y neoyorkino en particular. Esta característica pesa y promueve, quizÔs mÔs lo primero que lo segundo. En otro punto del gradiente hay un grupo de jóvenes músicos que estÔn buscando la raíz, construyendo proyectos de música mexicana contemporÔnea que fusione, que articule, que gestione simbiosis entre la tradición y la diversidad del mundo musical de hoy. La salsa, el tecno, el rock, el son, son algunas de las figuras desde las cuales, con las cuales, estos músicos desean expresar lo que su generación quiere decir. Música con raíz, lo mismo el rock que el son. El tema es complejo y fascinante. De ese crisol forma parte el proyecto que aquí presentamos, jazz contemporÔneo mexicano, música mexicana contemporÔnea con armonías compuestas del jazz y el son tradicional. Un proyecto del cual da gusto hacer una nota y un comentario.

Vladimir Alfonseca nace en la Ciudad de México, su infancia, adolescencia y primera juventud las desarrolla en Ecatepc, Estado de México hasta los 24 años, y desde entonces vive hace unos siete años en la Ciudad del jazz en el país, la capital federal. No viene de familia de músicos, su padre es de Veracruz, su madre de Morelos, comerciantes. Su primer contacto con la música es la discoteca familiar, formada por su padre, aficionado al son cubano, al cha-cha-cha, el mambo y los boleros. La segunda influencia es la música que escuchaba su hermano mayor, rock, tropical y jazz. El encuentro con Viva Santana a los diez años le revela que la música le causa un efecto único, incomparable con cualquier otra cosa, nace el músico. A los quince años, al entrar a la preparatoria, le regalan su primera guitarra. Su papÔ observa su interés y le consigue un maestro particular. Sus primeras lecciones son asociadas a la iglesia. Por la guitarra deja la preparatoria. Entra a la Escuela Superior de Música. Ahí conoce a Eduardo Piastro, que tenía un taller de jazz para guitarristas clÔsicos. Y su vida vuelve a cambiar. Deja de nuevo la escuela para entrar a la Superior de Composición y Arreglo. Al año empieza a trabajar demostrando guitarras para Hermes Music. Así se complementa esa etapa de su vida, mÔs de siete años. Estudiando música, terminando la prepa, trabajando. El tercer cambio se presenta al conocer a Pancho Sainz, su maestro de composición y de ensamble. Otro maestro, Susano, baterista de jazz, lo lleva a Papa Beto, el principal club de jazz en la ciudad de México de la primera década del siglo XXI. Inicia su relación con el medio profesional del jazz en el 2003-04 a través de las sesiones de jam.

El Papa Beto fue su segunda y definitiva escuela de jazz, de la mano del Betuco, y en las sesiones de jam, fue adquiriendo la experiencia bÔsica que lo lleva hasta el día de hoy. Comparte escenario con Pepe HernÔndez, Ricardo Benitez,  Giovani Figueroa, Víctor Patrón, Aarón Cruz, Enrique Nery, Eugenio Toussaint, Enrique Nativitas, Mario Patrón, Marcos Milagres. No fue sencillo, no fue fÔcil, el medio era cerrado, exigente, rudo. Se gradúa en el 2007, con su primera banda de jazz realiza su primer disco titulado Santa María Jazz, un proyecto con aire estudiantil de buena factura, en donde se estrena como compositor, la mayoría de las rolas son suyas. El esfuerzo y el resultado comercial lo decepcionan, se dedica a dar clases en la Casa de la Música Mexicana, su carrera queda entre paréntesis. Trabaja un tiempo en un grupo de música folklórica, de Jorge Aquino,  el mundo parecía haberse detenido.

El contacto con Marcos Milagres lo motiva a regresar a la música como creador y como instrumentista. Descubrir la música brasileña a través de este buen bajista y contrabajista lo afecta en forma profunda, renace su deseo de ser músico. El músico crece al entrar en contacto con otras formas, el mensaje profundo de la diversidad y su estructura lo fascina, lo apabulla, lo hace ponerse a estudiar. La segunda década del siglo inaugura una nueva etapa de su vida interior y profesional.  Ahí nace Naimah, su segundo proyecto después de Santa María Jazz. MÔs estudio, mÔs humildad, mÔs trabajo. Descubre la música popular en la fortaleza de su raíz, en su efecto emocional, en su compleja simplicidad, la música brasileña es el vehículo. Volver a empezar es duro, también poderoso, motivador. Aprende lo importante que es tener un origen del cual partir, lo propio, el sedimento de la cultura y la historia. Había mucho que hacer, el músico y la persona entran en franco renacimiento. La prueba es tal que estuvo a punto de huir, ser escolar era mÔs sencillo, ser músico ecléctico con raíz es complicado. La vida toma curso, la música popular es escuela, oficio y sentido. Lo que sigue es tocar, diversificar, entrar en el corazón de lo que en apariencia es simple y fÔcil. Y por otra parte, conocer a los diversos portadores del mensaje musical, cantantes, músicos, intérpretes. Primero fue la escuela, después fue la vida, el músico fue emergiendo poco a poco, con dificultad, asombro, encanto. El siguiente encuentro fundamental es con una diva del jazz, Elizabeth Meza. El oficio profesional se pule y toma forma. Le pide primero algo a dueto, después arreglos, el trabajo ya es de otro nivel. Empieza a ser conocido en el medio y por el gremio. Lo empiezan a llamar, es el momento en que ya forma parte del mundo profesional y va ganÔndose un lugar.

De la época de Nahima surge la inquietud de tocar música mexicana popular fusionada con jazz. Es un reto, una visión, nace un proyecto. El laboratorio es la base del trabajo, primero tocar la música tradicional en su propia forma, hasta dominar su estructura y realización. Después ir agregando elementos que modifican poco a poco la costumbre, lo cual supone el manejo simultÔneo de diversos lenguajes o formas constructivas, y sólo en el juego y la exploración van apareciendo productos que tienen una identidad sonora al tiempo que hacen resonar en su expresión a voces y formas que las anteceden, sigue los pasos de la escuela de la música popular brasileña contemporÔnea. Regresa con Jorge Aquino en un nuevo ciclo de estudio, ahora con la música mexicana como objeto y sujeto de la experimentación y el dominio formal. El curso de los acontecimientos inicia con el estudio del son, huasteco, jarocho, istmeño, jalisciense. El proyecto toma forma. Tocar jazz con raíz mexicana, diversos tipos de raíz. Mirar hacia afuera desde dentro, mirar hacia adentro desde afuera. En este momento se toca en intención con músicos como Mario Ruiz Armengol, Enrique Nery, Roberto Aymes o Héctor Infanzón, caminando con músicos de su propia generación como Daniel López Infanzón, Yaury HernÔndez, Vico Díaz, Raynaud HernÔndez, y otros. Una veta de jazz mexicano con raíz mexicana.

En el año 2013 en el entorno de un viaje musical y personal por Europa, el proyecto de La Danza de las Miradas adquiere cuerpo y alma. La complicidad de Marcos Milagres y de Enrique Nativitas le da el último empujón a la propuesta. En el 2014 manda al FONCA el proyecto de disco y gana la beca que permite el financiamiento. La presentación para la beca promueve que el proyecto llegue a un nivel de precisión y claridad contundentes, identificando momento a momento la armonía, la rítmica y la melodía de la música tradicional del son mexicano intervenidas por el jazz. El proyecto toma la forma de un tratado sobre como operar desde el jazz en la música tradicional mexicana. El disco es grabado en el 2014 y el 2015, la producción de mezcla y masterización es hasta el 2016, un largo camino para un resultado de gran calidad.

Todo se movió sobre ruedas, hasta el dinero. El ensamble estÔ formado por amigos, compañeros de ruta, gente que ha tocado junta por mucho tiempo, la base del esquema armónico, la batería de Enrique Nativitas, el bajo de Marcos Milagres,  y la guitarra de Vladimir Alfonseca. El sonido del sax aparece como voz melódica sobre esta sólida base de trabajo del trío, Diego Franco y Jahaziel Arrocha . Las voces del sax no son sencillas, los arreglos exigen un manejo de tiempos distintos a la gramÔtica estÔndar del jazz, sólo músicos del sax como Franco, con su dominio musical popular y su sentido estructural, y Arrocha, con su entusiasmo rítmico y su curiosidad armónica, pueden completar de la mejor forma el proyecto del ensamble. La propuesta se cohesiona con la conjunción ideológica, los miembros de la banda estÔn convencidos de que el proyecto vale, que el concepto es importante, que hacer el disco es algo que harÔ una diferencia. A esto hay que agregar la condición de producción primaria, la grabación, el productor es Milagres, alguien que entiende por completo lo que tiene entre las manos, y que en cierto sentido es padre del concepto original. El producto sólo podría ser algo redondo y resuelto.

El proyecto se mueve sobre un concepto central, la música mexicana, que se expresa en la cinco rolas bÔsicas del disco, Aliento azul con variantes bÔsicas de son, TenochtitlÔn con la mayor complejidad posible de variantes de son, Eli y los pinos forma sencilla de son jalisciense dedicada a su mamÔ, Dulce oscuro en la forma tradicional del bolero con una voz masculina brasileña, y La danza de las miradas en los juegos de la memoria de la música popular mexicana. El complemento son tres rolas mÔs, Swing y Goza y Modi, con formas mÔs evidentes de jazz contemporÔneo, y Luna diurna, un guiño romÔntico en forma de nocturno de guitarra sola. El disco en este sentido tiene un mensaje claro, mucho trabajo detrÔs de lo que se escucha como resultado. La historia del compositor es compleja y aquí se plasma. La historia del trío es larga y aquí se objetiva. Las voces del sax pretenden obtener el contraste de una base tradicional del jazz y algo mÔs exquisito y brillante, la trama del trío articula este color y textura de las voces del sax. Un trabajo de producción mÔs largo hubiera permitido un registro mÔs claro de la intención, no es posible según las condiciones actuales de trabajo para un proyecto así. Toca acompañar al proyecto en sus tocadas en vivo para seguir el proceso de maduración hasta donde eso es posible.

En contraste con otros proyectos de grabación de jazz mexicano aquĆ­ la opción fue la mĆ”s profesional posible dentro de las condiciones para obtener el mejor registro de audio posible, grabar por separado, llevando las condiciones de grabación en estudio a su mĆ”ximo potencial. El ensamble no tocó al mismo tiempo las rolas. Primero grabó el trĆ­o, los saxofones grabaron despuĆ©s. Grabaron en tres dĆ­as. Se grabaron tres tomas de cada rola, menos TenochtitlĆ”n, que es la mĆ”s compleja. Ā La mezcla y la materización tardaron por el tema financiero, Milagres y Alfonseca les dedicaron jornadas largas por alrededor de cuatro meses, trabajo detallista, atento, cariƱoso. La primera versión pĆŗblica fue sólo digital, algo que se va haciendo costumbre, y dos meses despuĆ©s apareció la versión en disco compacto. El diseƱo de la portada fue decidida con la participación de mĆŗsicos con experiencia en publicación de discos. La distribución del disco es sólo de mano en mano, parte de la figura de producción independiente. El tiempo de vida del disco inicia hace pocas semanas. La promoción estĆ” en marcha. El concepto estĆ” por vivir en el gusto del pĆŗblico. No serĆ” fĆ”cil, Āæhasta dónde el pĆŗblico responderĆ” a la propuesta de jazz mexicano contemporĆ”neo con raĆ­z’

Contacto.-
http://www.vladimiralfonseca.net/https://www.facebook.com/vladalfonseca/

Para Comprar disco.-
http://www.marcosmilagres.com/#!records/wep88https://play.google.com/store/music/album/Vladimir_Alfonseca_La_Danza_de_las_Miradas?id=Bi6nxxm5czu3zwrz37yghi6jnwy

Para escuchar el disco.-
https://play.spotify.com/artist/1Kz2OCdktxyrUCY37lT3yS?play=true&utm_source=open.spotify.com&utm_medium=openhttp://www.deezer.com/album/13493845

Para escuchar a Vladimir Alfonseca-

La Danza de las Miradas presentada por el propio Vladimir Alfonseca, miembros de su ensamble, en la promoción de Fondeadora.
https://vimeo.com/150974947

Con Paulina Fuentes y ensamble. Tu mirada calla de Vladimir Alfonseca
https://www.youtube.com/watch?v=iQ3QIsoRLfI

Solo de guitarra. Home Sessions
https://www.youtube.com/watch?v=YNiMvxclEIg

Con Elizabeth Meza
https://www.youtube.com/watch?v=fpWjyicqwnM

Con Naimah. SerĆ” de Vladimir Alfonseca
https://www.youtube.com/watch?v=ArdWUmH7otA

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